Queremos hablaros de una regla de composición que encontramos muy presente en todo lo que tiene que ver con el arte. Y no podía faltar su aplicación en la fotografía. A muchos os sonarán términos como la Espiral de Fibonacci, proporciones aúreas y composición. Hoy os explicamos de forma sencilla de qué va esto y os damos unos tips para aplicarlos y mejorar nuestras fotografías.

La espiral de Fibonacci aplicada a la fotografía

La espiral de Fibonacci, también conocida como proporción áurea, o proporción divina, es una ley que fue aportada al gran público por Leonardo Fibonacci allá por el siglo XI. Según esta ley, existe una proporción (1:1.618) que puede encontrarse en una gran cantidad de elementos de la naturaleza, y que, además, resulta especialmente atractiva para el ojo humano.

 

Algo más acerca de la proporción áurea


A lo largo de estos siglos, muchos estudiosos han sido capaces de constatar que, en efecto, la proporción áurea se puede encontrar en multitud de elementos naturales. Por ejemplo, 1:1.618 es la proporción de abejas macho y hembra que puede encontrarse en un panal, también se cumple esta proporción en la distribución de los pétalos de gran cantidad de tipos de flores, en las espirales de las piñas, o en las hojas en un tallo de cualquier planta. En el arte, esta proporción también ha sido ampliamente utilizada, tanto en el cuadro de la Gioconda, como en la Última Cena, entre muchas otras. Y no cabe duda de que, en efecto, cualquiera de estas obras son de gran atractivo para el ojo humano. Así que,¿por qué no utilizar la espiral de Fibonacci, también, en la fotografía? 

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La espiral de Fibonacci en la fotografía


Llegar a dominar la espiral de Fibonacci de forma completa, obteniendo grandes resultados, puede llegar a ser muy complicado. Sin embargo, se puede empezar a hacerlo de forma sencilla, utilizando como modelos aquellos elementos naturales que, de por sí, siguen la proporción áurea.En este sentido, puedes fotografiar la concha de algún caracol de mar y, utilizando la espiral de Fibonacci, encontrar el encuadre perfecto que, inconscientemente, atraiga la atención de quien realiza la fotografía.Una vez hayas mejorado tu práctica, puedes empezar a trabajar con otros elementos, teniendo siempre en mente la proporción y la espiral que de ella surge. De esta forma, podrás empezar a jugar con el encuadre, colocando el elemento importante en el centro de la espiral, y colocando el resto de elementos de acuerdo a su forma, o colocando los elementos en la línea de Fi, por ejemplo. fibonacci-escalerasLlevándola al extremo


Como dato adicional, debes tener presente que la espiral de Fibonacci no cuenta con una dirección determinada. Puedes colocarla de forma vertical, invertirla, o, incluso, utilizar dos al mismo tiempo. La espiral de Fibonacci no es más que un elemento que, inconscientemente, cautiva al observador. Por ello, puedes sentirte con total libertad de aplicarla de la forma que más convenga, utilizándola como base para, posteriormente, explotar tus habilidades y sensibilidad artística. Asimismo, no tienes por qué limitarte a utilizarla para colocar los elementos de la fotografía de forma adecuada, sino que puedes utilizarla para jugar con otra gran cantidad de factores, como, por ejemplo, los brillos, las sombras, o el contraste. En este sentido, la aplicación de la espiral de Fibonacci no es sólo muy útil en la fotografía en sí misma, sino también en el retoque fotográfico. 

 ¿Hay que seguir siempre esta regla?


Lo cierto es que existen elementos en la naturaleza que cuentan con esta proporción, pero si realmente fuese tan absoluta, estaría presentes en todos y cada uno de los elementos de la naturaleza. No es así, y es por ello que, por lo general, es habitual encontrar personas que no creen que, en realidad, esta proporción sea tan fantástica como Fibonacci creía. 

fibonacci-lechuga

 

Ahora bien, yo voy a señalarte una razón al margen de esos elementos fantásticos y casi míticos por la que deberías utilizar, en mayor o menor medida, la espiral de Fibonacci: Todos los grandes la han usado. Y no es que esté apelando a su autoridad, sino, simplemente, constatando que, aunque no existiese esa belleza secreta y natural que el inconsciente humano interpreta en la espiral de Fibonacci, ésta se habría creado al relacionar, inconscientemente, dicha proporción con las grandes obras del arte universal.  

 

fibonacci-caracol 

Así que, después de todo, lo que puedo recomendarte es que no dejes de probar la espiral de Fibonacci aplicada a la fotografía. Quizás no te convenza, pero, al fin y al cabo, no pierdes nada por probarlo, y mejorarás tus capacidades como fotógrafo. Si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlos en cualqueira de las redes sociales en las que nos encontramos. Puedes dejarnos abajo en los comentarios tus dudas e impresiones. Gracias!

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